
Como decía revoltosina tiempo atrás, en esta empresa y en el universo marítimo hay mal ambiente por distintas razones, unos por que deben de soportar presiones muy por encima de lo admisible, como si sus pequeñas oficinas sin ventanas fueran un batiscafo a 10.000 metros bajo el mar, donde todo es amenazante y peligroso, donde unos bichos de entrañas transparentes o sin ellas, de corazón pequeño, o sin el, se mueven como escualos amenazándote con dentelladas

si tu movimiento no va al compás de la corriente.

Hasta ahora hemos seguido el curso que imponen las corrientes, hemos doblado cabos y soportado tempestades, pero, se nos arroja contra las rocas, se nos maltrata por que las algas se han comido la vida y los recursos de la gente, el plancton no se mueve y hay un estancamiento de las aguas... Los sindicatos no se preocupan lo bastante del entorno, o se preocupan mal, y los peces estamos sumergidos ya hace unos años, en aguas sucias que cada vez se enturbian más.

El problema es la sobreexplotación de los recursos naturales y esas rocas con las que vamos estrellándonos en los últimos tiempos, unos acantilados levantados con el beneplácito de los sindicatos, que han negociado las distintas 'leyes de costas' con blandura excesiva permitiendo que se nos arrincone frente al arrecife, sometiéndonos a un acoso constante no denunciable, porque se trata de una presión disimulada, pero conocida por todos, un malestar que se mueve como una bruma impidiéndonos ver la superficie y hasta el sol. Nuestro trabajo -y eso es una evidencia-, ha empeorado o ha aumentado considerablemente en estos años deteriorando nuestras condiciones laborales dentro del 'entorno marino'.
Los peces hablan en voz baja, casi con la mirada, pero su indignación por el estado de las aguas es evidente y comprobable, y el porcentaje de indignados ha crecido de forma exponencial. ¿Por que vamos cediendo terreno año tras año?, ¿Por que aceptamos nuevas tareas y cometidos a cambio de unos dudosos incentivos?

El vaivén de las olas lo provocan los Delegados regionales y sus Jefes de Zona, pero también otros abusos en el sector pesquero. Mientras, los sindicatos contemplan el paisaje desde el muelle ensalzando las grandezas de la puesta de sol, ignorando que una corriente nos va minando por debajo, acabando con la ilusión, las fuerzas, y hasta el empleo de muchos que cometieron el desliz de no llevar la perfección impresa en colorines vivos y chillones como para que quieran conservarte en el acuario.

A lo mejor no queremos ganar tanto, y preferimos trabajar más a gusto, nadar sin amenazas. No se trata de denunciar hechos concretos, sino de mejorar el ambiente general, hacer nuestro trabajo más llevadero, acabar con la competición que existe para vender productos como rascas o Spos, y cometidos de camarero o panadero, etc., que poco o nada tienen que ver con el paisaje de los fondos marinos que debería de ser nuestro trabajo, ¿Por qué los aceptamos?
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Indignado (Campsared Blog) |
Todo lo que no vaya encaminado a éso, tarde o temprano nos erizará las escamas y calentará aún más si cabe, nuestra fría sangre de pez.
Estas branquias no pueden depurar ya el aire que reciben, porque el afán oceanográfico se ha convertido en una esquilmación sin límites del entorno marino y sus recursos. ¿Cuanto más nos van a exigir?, ¿Acaso tenemos la culpa de la 'contaminación' que sufren los océanos?
En ocasiones -siento decirlo-, Sacco y aquellos que nos visitan por las estaciones, se parecen bastante al cangrejo Sebastian, que trataba de convencer a la sirenita de que bajo el mar, por muy mal que vayan las cosas, siempre es mejor que fuera de el. Y lo dice con entusiasmo de sindicalista convencido.
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